El futuro ya está aquí. El nivel tecnológico que hay en el mundo nos ha sobrepasado de tal manera que no hemos asimilado todo lo que nos rodea. Pero, ¿estamos preparados para lo que queda por venir?
Muchas voces coinciden en que en el futuro habrá relaciones entre humanos y robots. La tecnología que nos rodea es abrumadora y estamos sobrepasados, pero todavía queda mucho por llegar. Algunos expertos se atreven a afirmar que en el año 2050 los humanos tendremos más relaciones sexuales con robots que con las propias personas, según el portal Quo.es.
Y no todo son las relaciones sexuales, también las sentimentales. Con las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial, los robots pueden llegar a “sentir”. Las personas podrán programar a los robots para que actúen como ellos quieran, por lo que las relaciones serán “perfectas”. Se han hecho experimentos, con el programa informático Eliza, por ejemplo, que era capaz de mantener una conversación con una persona. Realmente no sentía nada, tomaba palabras clave y emitía una respuesta, según el portal unocero.com.
En 2015 apareció un robot que se llamaba Pepper. Su actividad se basaba en interpretar las expresiones de las personas y actuar a tenor de ellas. Cambiar de color los ojos, cambiar el tono de voz, etc. eran algunas de las cosas que realizaba Pepper, aunque realmente no sentía emociones. Al igual que los humanos, Pepper actuaba a tenor de lo que interpretaba de la persona.
¿Pero es realmente viable una relación a corto plazo o son simples teorías futuristas sin ninguna base? La realidad dice que hoy por hoy, los robots no tienen sentimientos, solo pueden aparentar que lo tienen. Con el Test de Turing, se puede comprobar si hay una inteligencia detrás, pero en ningún caso, hoy en día, demostrar la existencia de sentimientos.
El Test de Turing
El Test de Turing consiste en que un ser humano evalúe una conversación entre otra persona y una máquina. Si el evaluador en cuestión no puede distinguir quién es quién, se puede hablar de una capacidad por parte de la máquina de generar respuestas parecidas a las que da un ser humano. En el 66,7% de los casos, según el portal planetachatbot.com, las máquinas no consiguen convencer a los jueces.