Alrededor del mundo la entrada en el nuevo año se celebra con festejos distintos. Platos típicos, fuegos artificiales o saltar de sillas son algunas de las tradiciones de Año Nuevo más dispares
Los últimos doce giros de las manecillas del reloj es uno de los momentos más esperados de la Navidad. Las doce uvas marcan ese final de año para los españoles, momento en el que todos rodeamos la televisión para intentar llegar a la última campanada sin habernos atragantado u olvidado alguna uva por el camino.
Una tradición que compartimos con México o Venezuela. Allí, al otro lado del charco y aunque a una hora diferente, también se toman las doce uvas para dar comienzo al Año Nuevo. Pero al igual que la nuestra, alrededor del mundo existen curiosas formas de dejar atrás un año para dar comienzo a otros 365 días.
Italia y sus lentejas
En la vecina Italia también es la comida la que marca la última jornada del año. Una de los indispensables en la mesa de las italianas e italianos son las lentejas. Este plato es símbolo de riqueza y dinero.
Esta tradición de Año Nuevo se remonta a la Roma Antigua cuando los romanos regalaban por fechas navideñas un pequeño bolso de cuero lleno de lentejas. Este producto ha sido una de las primeras legumbres cultivadas por el ser humano, y entre los griegos y los romanos era un producto muy querido y cocinado.
Vaticinar el futuro a través del plomo en Austria y Alemania
Nuestros vecinos europeos de Alemania y Austria tienen una forma curiosa de vaticinar cómo será su nuevo año, una tradición de Año Nuevo conocida como Bleigießen. Se trata de quemar pequeñas figuras de plomo en una cuchara con una vela, una vez está fundida esta se vierte en un recipiente con agua fría.
En función de la figura que se cree, así será el nuevo año. Por ejemplo, si esta pieza toma forma de pez, mariposa o estrella tendrás buena suerte. Si tiene forma de barco se avecinan viajes y una escalera es sinónimo de ascenso laboral. La imaginación juega un papel primordial en esta tradición en la que no siempre es fácil identificar la forma de la figura.
Entrada al nuevo año a golpe de campanadas en Japón
En el país nipón, la festividad recibe el nombre de Ōmisoka y se trata de una de las jornadas más importantes para los japoneses. Al igual que en España, en el país asiático también escuchan el sonido de las campanas pero en este caso lo hacen hasta en 108 veces. Esta costumbre se remonta a la creencia budista de que los seres humanos están plagados de 108 deseos o pasiones.
Es típico, también, comer los tradicionales tazones de un tipo de fideos soba muy largos, Toshikoshi, en familia, ya que son un símbolo de longevidad. La limpieza de la casa también está entre sus últimas actividades del año que dejan atrás. Esta actividad se conoce como Ōsōji.
Saltos y platos rotos en Dinamarca
Saltar para dar comienzo al nuevo año. Esta es una de las tradiciones de Año Nuevo de los daneses, estos se suben a una silla (o sillón) y realizan la cuenta atrás para dar el salto hacia un nuevo comienzo. Se dice que de esta forma se atrae la fortuna y que es un acto que simboliza la superación de dificultades o desafíos que puedan producirse.
Esta no es la única costumbre que tienen en el país nórdico donde además de saltar rompen platos. Lo hacen en la puerta de las casas de sus seres queridos, es decir, cuantos más platos rotos en tu entrada más querida eres. Este acto simboliza amor y buenos deseos.
El beso de medianoche en EEUU
Un clásico, una tradición que hemos visto en multitud de ocasiones a través de la pantalla pero que es una costumbre para los estadounidenses. Estos comienzan la entrada al nuevo año con un beso, y con se dice, se aseguran el amor durante los 365 días que dan comienzo.
Las formas redondas en Filipinas
En Filipinas la tradición de Año Nuevo pasa por vestir lunares, si, lunares. La forma redondeada simboliza las monedas que traen prosperidad y salud, y que llaman a la buen suerte. También suelen meterse monedas en los bolsillos y durante ese día en las mesas veras solo fruta con forma redonda.