Naciones Unidas aboga por «aplanar y reducir la curva» de la pérdida de biodiversidad del planeta para evitar sus efectos perniciosos sobre los seres humanos y toda la vida en la Tierra, como la aparición de pandemias como la del Covid-19, enfermedad causada por un nuevo coronavirus cuyo origen presumiblemente se debe a que el patógeno saltó de algún animal a las personas.
La ONU expresa este deseo con motivo del Día Internacional de la Diversidad Biológica que se conmemora este viernes bajo el lema ‘Nuestras soluciones están en la naturaleza’. La biodiversidad se refiere a la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos que habitan la Tierra, y los patrones naturales que la conforman.
El secretario general de la ONU, António Guterres, lanza un mensaje «claro» con motivo de esta jornada: «Nuestras soluciones están en la naturaleza. Conservar y gestionar de forma sostenible la diversidad biológica es necesario para mitigar las perturbaciones climáticas, garantizar la seguridad alimentaria e hídrica e incluso prevenir las pandemias».
En su mensaje, recogido por Servimedia, Guterres subraya que el Covid-19, «surgido de la naturaleza», ha puesto de relieve la «íntima conexión» entre la salud humana y la relación con el mundo natural.
«A medida que invadimos la naturaleza y saqueamos hábitats vitales, el número de especies en peligro es cada vez mayor. Eso afecta también a la humanidad y al futuro que queremos. Ahora, mientras intentamos salir de la crisis presente mejor que como entramos en ella, trabajemos juntos para preservar la diversidad biológica», apostilla.
Según Naciones Unidas, la actividad humana ha alterado tres cuartas partes del medio ambiente terrestre y alrededor del 66% del medio marino, y cerca de un millón de especies de animales y plantas están en peligro de extinción.
Los recursos biológicos sustentan las civilizaciones, pues los peces proporcionan un 20% de proteínas animales a unos 3.000 millones de personas, más del 80% de la dieta humana está compuesta por plantas y el 80% de los humanos que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud.
«Pero la pérdida de esta diversidad amenaza todos estos ámbitos, incluida nuestra salud. Existen pruebas de que perder nuestra biodiversidad podría aumentar los casos de zoonosis -enfermedades transmitidas de los animales a los humanos-, mientras que, por el contrario, si conseguimos mantenerla estable, ésta podría ser una gran herramienta en la lucha contra pandemias como las causadas por los coronavirus», añade.
«Una cosa es cierta: a pesar de todos nuestros avances tecnológicos, dependemos por completo de ecosistemas saludables y vibrantes si queremos disponer de agua, alimentos, medicamentos, ropa, combustible, refugio y energía, solo por nombrar algunos ejemplos», destaca Naciones Unidas.»2020 es el año en que, más que nunca, debemos expresar nuestra voluntad para ‘aplanar y reducir la curva’ de la pérdida de biodiversidad en beneficio de los humanos y toda la vida en la Tierra», apostilla.
«CRISIS SIN PRECEDENTES»
Por su parte, Greenpeace asegura que la biodiversidad del planeta se enfrenta a una «crisis sin precedentes» que sólo podrá revertirse «atajando» las causas que la han provocado, con actuaciones en deforestación, océanos, polinizadores, incendios y políticas ambientales que impulsen la recuperación tras la pandemia del Covid-19.
Esta organización destaca que un millón de especies están al borde de la extinción, una cifra sin parangón en la historia de la humanidad, y que la desaparición de la biodiversidad global ocurre 1.000 veces más rápido que si sucediera naturalmente sin influencia humana, según un informe del Ipbes (Panel Internacional de Expertos en Biodiversidad y Servicios Sistémicos) auspiciado por la ONU.
«En plena crisis del Covid-19, cabe recordar que los ecosistemas intactos proporcionan barreras naturales a enfermedades como ésta. El dinero público no debería invertirse en rescatar a las empresas más contaminantes, sino a cuidarnos protegiendo la naturaleza y a permitir la transición de las personas trabajadoras hacia empleos verdes, apoyando también una España rural que nos brinde lo que necesitamos para una vida sana», recalcó Pilar Marcos, responsable de biodiversidad en Greenpeace España.
Para Greenpeace, algunas de las amenazas para la biodiversidad son la deforestación en zonas como el Amazonas, que el 66% de los mares están alterados por el impacto humano, el declive de polinizadores (clave para la seguridad alimentaria) y cambios en el uso del suelo.
ESPAÑA
Por otro lado, cada 60 minutos desaparecen de media tres especies de fauna y flora en el mundo, y España es el país más vulnerable a la pérdida de biodiversidad en Europa, por lo que la recuperación económica tras la crisis del Covid-19 debe ser «verde y justa», según WWF.
Esta organización ambiental lamenta que España sea el país con mayor biodiversidad de toda Europa y, al mismo tiempo, el lugar más vulnerable del continente, con el mayor porcentaje de especies amenazadas. En total, unas 350 especies de flora y fauna, como el cedro canario, el alimoche, el esturión o el lince ibérico, se encuentran en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Una de las amenazas más graves a las que se enfrenta la biodiversidad es la fragmentación y destrucción de hábitat, sobre todo por actividades como la agricultura intensiva o la construcción de infraestructuras de transporte. Además, la sobreexplotación está detrás de la desaparición de muchas especies, como los tiburones, rayas y tortugas del Mediterráneo, por un aprovechamiento pesquero insostenible que no permite la regeneración natural y lleva al borde de la extinción a poblaciones enteras.
Las especies exóticas invasoras cada vez suponen una amenaza mayor y son, por sí solas, responsables de un 16% de las extinciones en todo el mundo. En España, especies como el visón europeo están al borde de la extinción por su competidor exótico, el visón americano. A estas amenazas para la biodiversidad se suma el cambio climático, que agrava las anteriores, según WWF.
Por su parte, Ecologistas en Acción recalca que los planes que las administraciones públicas están elaborando para superar la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19, deben incorporar medidas que detengan la pérdida de biodiversidad en España.
Esta organización apunta que las acciones humanas han tenido «impactos muy significativos» en más de tres cuartos de la superficie terrestre del planeta, al destruir más del 85% de los humedales y destinar más de un tercio de toda la superficie terrestre -y casi el 75% del agua dulce- disponible a la producción agrícola y ganadera.
«La destrucción de los ecosistemas, la expansión descontrolada de la agricultura, la deforestación desenfrenada o la cría intensiva de animales en granjas han facilitado la transmisión de enfermedades de la fauna a los seres humanos, causando un enorme impacto en muertes de personas. Si no se conserva la biodiversidad las futuras pandemias serán más frecuentes, puede que se propaguen de forma más rápida y que tengan una repercusión social y económica mayor», advierte.
(SERVIMEDIA)