Cruz Roja confirmó este lunes el asesinato a tiros de Lorena Enebral Pérez, fisioterapeuta española de 38 años, que trabajaba en un centro de ortopedia de la localidad de Mazar-e Sharif, al norte de Afganistán.
La mujer fue asesinada hoy cuando pasaba consulta en un centro de ortopedia de la citada localidad afgana. Al parecer, los pacientes a los que estaba atendiendo dispararon sobre ella.
Según informaron medios locales, los agresores ya han sido identificados. Se trata de un joven de 21 años, con discapacidad desde los tres años y en tratamiento durante 19 años. Visitaba el hospital cada dos meses para quedarse ingresado en el centro y recibir atención médica. En esta ocasión, le acompañaba un familiar de 27 años, que, al parecer, habría sido el autor del disparo que acabó con la vida de la especialista española.
La mujer fue trasladada con vida al hospital militar del Campo Marmal, base principal de la OTAN y de EEUU al norte de Afganistán, donde perdió la vida como consecuencia de la gravedad de las heridas.
Según informó el Comité Internacional de la Cruz Roja Internacional (CICR), el trabajo de la cooperante española consistía en ayudar a niños, mujeres y hombres que han sufrido una amputación o que padecen alguna otra forma de discapacidad a aprender a caminar nuevamente o a alimentarse por sí solos.
«Lorena, con toda su energía y alegría, era el corazón de nuestra oficina en Mazar. Hoy estamos devastados. Lorena era una fisioterapeuta competente y atenta que prestaba asistencia a los pacientes, especialmente a los niños. Las violentas fluctuaciones de la vida hoy nos parecen particularmente crueles», dijo la jefa de la delegación del CICR en Afganistán, Monica Zanarelli.
La labor de rehabilitación física del CICR en Afganistán ayuda a las personas que han sufrido una amputación o que padecen alguna otra forma de discapacidad a llevar una vida activa mediante rehabilitación física, educación, empleo y deporte.
Sus siete centros de rehabilitación fabrican más de 19.000 miembros artificiales, brazos y otros dispositivos ortopédicos por año y atienden a cientos de miles de pacientes.
El ataque contra Lorena Enebral Pérez tiene lugar después del que dejó sin vida el pasado mes de febrero a seis empleados del CICR en el norte de Afganistán, un ataque en el que fueron secuestrados otros dos trabajadores de este organismo, quienes fueron liberados hace seis días.
También se produjo tres días después de que el conductor de un camión del CICR fuera asesinado en Sudán del Sur.
Al mismo tiempo, el pasado mes de febrero otro cooperante español fue secuestrado en Kunduz, provincia al norte de Afganistán, siendo liberado cuatro semanas después.
«Esta serie de ataques no solo causa indignación y tristeza a la comunidad del CICR, sino que también deja en evidencia los peligros reales a los que está expuesto nuestro personal en todo el mundo», aseguró la CICR.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, publicó un mensaje en las redes sociales en el que trasladó sus condolencias y afecto a la familia de la cooperante española, de quien destacó que su labor era «digna y muy necesaria».
Fuentes diplomáticas confirmaron que Dastis ha podido hablar con la familia de la fallecida para mostrarle su pesar y para destacar la importancia de la labor que desempeñaba en suelo afgano.
El personal del CICR participó este año en una campaña pública para recordar que sus empleados son trabajadores humanitarios que solo buscan mejorar la vida de las víctimas de las guerras, con el siguiente mensaje: los trabajadores humanitarios #NoSonUnObjetivo