Laila Serroukh: «Tenía que demostrarme que no volvería a echarme atrás»

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Laila Serroukh es una estudiante de periodismo de 24 años a la que le gusta crear contenido en redes, así como la fotografía y escribir. Hoy, la entrevistamos para saber más sobre su nuevo proyecto, Criptogramax, una experiencia audiovisual, poética y sentimental. 

Aella Pazos

Criptogramax es un proyecto con el que llevas más o menos un mes, tanto en instagram como en tu propia web. Pero, para ti, ¿Qué es Criptogramax? 

Escribo desde siempre y para mí ha sido una forma de existir. Acudía a la lectura y la escritura para expresar mis emociones cuando no sabía lo que eran, cuando aún no tenían nombre. Es parte de quien soy. Desde pequeña acumulo cuadernos con lo que yo llamo “basura emocional”, que fue también una forma de autoconocimiento. Y siempre me ha gustado mucho compartir esos cuadernos con mis allegados. Nunca he tenido miedo de compartirlos, nunca he sido celosa de mi privacidad. 

Antes de crear Criptogramax yo tenía un blog que se llamaba igual. Me iba bien y construí una mini comunidad que se sentía identificada con lo que escribía. Me daba una sensación de comprensión, porque era una comprensión mutua. Pero entré en depresión, por lo que compartir se convirtió en un tabú. Dejé de compartir, cerré el blog y me encerré en mis propias hojas. A la hora de escribir, ya no compartía. Esa etapa me sirvió para darme cuenta de que muchas veces solía censurarme de cierta manera. Descubrí que tenía que ampliar horizontes. 

Me sirvió para hablarme a mí misma como la persona que soy. Según salía de la depresión pensé en la forma de volver a compartir, porque nunca llegué a olvidar lo que sentía cuando compartía esos textos. Solo que esta vez lo trabajé de otra manera. Tenía que demostrarme a mí misma que no volvería a echarme atrás. Empecé a acudir a terapia. Ese fue el primer paso para poder llevar a cabo Criptogramax y poco a poco empecé a ganar confianza de nuevo en lo que escribía. Pude dibujar los límites entre mi privacidad y lo que escribía como escritora creativa. También me ha ayudado a aprender a diferenciar lo que es solo mío y lo que es de los demás. 

Fui capaz de elegir qué tipo de textos quería en Criptogramax y cuales me ayudarían a mí y a los demás. Después, me dediqué a elegir textos. La mayoría llevan años escritos. Hice un esqueleto en wordpress y se lo comenté a una amiga, Hana, que se dedica al diseño gráfico y creación de webs, y su feedback para mi significó mucho. Se lo envié a ella y le dio una vuelta completa, lo convirtió en una experiencia audiovisual. Eso hizo que el proyecto ganase una esencia que con los textos solo no hubiese tenido. Y Criptogramax nace así, como la necesidad de expresar emociones y la necesidad de comprensión y de hablar de temas vulnerables abiertamente. 

He visto a mucha gente comentando lo que ha sentido al leer tus escritos, lo identificada que se siente, etc. Pero, ¿Qué crees que sienten los demás al leer tus escritos? 

Las personas que me conocen y conocen mi proceso vital saben que hablo de mí, de un proceso propio, de mis experiencias. Soy consciente de ello. Esas personas no lo van a sentir de la manera que yo pretendo que se transmita.

Creo que las emociones son universales, todos sentimos lo mismo, aunque no de la misma manera. Pretendo que las personas que lo lean se sientan representadas en esas emociones. Pero las personas que me conocen saben por dónde van los tiros y saben de lo que estoy hablando y de qué momento exacto. Yo escribo sobre todo para aquellas personas que no me conocen pero que se sienten representadas en mis textos. 

Hablemos un momento sobre el último de tus textos, conociéndote un poco como te conozco, al principio no vi la coherencia en el texto. Girasol y Sol parecen dos personas distintas, pero, según avanza, entablan una conversación, como si fuesen una misma persona hablando consigo misma. 

Para mí Girasol y Sol son la misma persona. Una de las conclusiones a las que llegué en mi proceso vital es que en ti misma viven todas las versiones de ti, y necesitan comunicarse para poder coexistir. Muchas veces nos obcecamos con que solo hay un ángel bueno y uno malo, pero no caemos en que tanto la parte buena como la mala tienen que coexistir en el mismo cuerpo. 

Girasol es el resultado de mucho trabajo e introspección y Sol es esa semilla, es la parte que admira a Girasol pero que no deja de existir aunque Girasol tome el mando. Sol es la que lo va a vivir todo aunque duela. 

Creo que la vulnerabilidad es un superpoder, si no nos podemos sentir vulnerables delante de todo el mundo es que no estamos siendo vulnerables con nosotras mismas. Poder abrirme en canal es la fortaleza que muestro.